miércoles, 13 de noviembre de 2013

La alcaldía huele mal.

No hay nada como el otoño para ver el cambiante aspecto de nuestros parques y jardines y para comprobar cómo el cromatismo de nuestros árboles muda de tonalidad para al fin dejar caer la hoja y pasar a un estadío de hibernación o de descanso a resguardo del futuro frío invernal; el relajante sonido del crujir del follaje al paso de nuestras pisadas,en definitiva todo lleno de un bucolismo paisaje; ahora bien... en Madrid esto no es posible; el caminar por tales parajes sólo nos muestra una desagradable visión de basura y restos de deposiciones debido a una huelga de nuestros servidores públicos del sector de la limpieza de las calles de la Villa y Corte.
¿Qué ha provocado esta situación?¿tiene solución?
Antes de abordar este problema habría que retrostraerse al origen del mismo - como del de tantos otros derivados- de una génesis común, el cual no es otro que nuestra "estimada Alcaldesa".
La misma que sin complejo ninguno invitó al mundo a tomarse "a relaxing cup in Plaza Mayor" no tiene empacho en seguir con su dinámica de destrucción de puestos de trabajo necesarios para el mantenimiento de esta ciudad.
¡Quién es esta mujer y cómo ha llegado a ser nuestra edil?
Pues bien señoras y señores,la ínclita Ana Botella no es más que un producto de un rebote premeditado; con la salida estudiada del recién reelegido Ruiz-Gallardón nos conminaron a tragar con una persona que lo mejor que había hecho hasta entonces es darnos una conferencia sobre injertos y otros frutos demostrando que "las peras son peras y las manzanas,manzanas".
¡ese es el bagaje de la persona que toma decisiones sobre tres millones y medio de habitantes!
¿y todavía nos sorprende que estemos como nos encontramos con la huelga de basuras?
Señora Alcaldesa, el fin de la huelga tiene el mismo interés que el de su futuro y el del Ayuntamiento de Madrid : Hacer una limpieza desde los cimientos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario