martes, 15 de octubre de 2013

La deportación de la alumna gitana Leonarda Dibrani avergüenza a Francia.



   Francia,ese país capaz de ser refundado con el apoyo de una ciudadanía luchadora,igualitaria en sus fines y fraternal en sus demandas tal y como reza en su trilógico y celebérrrimo lema nos sorprende con una noticia la cual si no fuese por la crudeza de su veracidad nos pensaríamos haber sufrido un retroceso cronológico a épocas oscuras y tenebrosas ya por suerte superadas.
       Toda decisión errónea es grave desde su propia génesis,pero más lo es si identificamos la noticia del día adscrita a un gobierno de signo socialista. ¿Se puede asumir en el siglo XXI por parte de un ejecutivo de Centro-izquierda la deportación de una familia después de tres años y medio a punto de ser naturalizados?
No es admisible ver sufrir a una niña la cual con métodos engañosos ha sido deportada aprovechando una excursión a una zona cercana a la frontera franco-suiza por parte de la gendarmería gala teniendo en oposición a la profesora de la niña.
¿no han sido bastante las miles de muertes por deportaciones masivas de pueblos por el mero hecho de ser de otra nacionalidad,etnia o cultura?¿qué pretende el gobierno francés con estas medidas,garantizar el qué?
Siempre he tenido a Francia como un referente respecto de los derechos y libertades del ser humano,hace ya unos años se me cayó el velo de los ojos pues ni era tan maravilloso como parecía ni tan garantista (lo cual no significa que respecto a España no nos lleven un siglo de adelanto) pero ejemplos como el de la aprobación del matrimonio homosexual o el caso de la noticia de hoy nos hace vernos a los españoles sino mejores sí por lo menos un poco menos malos.
      Ciudadanos,sólo el hambre mitigada,el calor de un hogar o la sonrisa de un niño albergan valor,no un lugar de nacimiento o una cultura determinada.

NOTICIA.-

La deportación de la alumna gitana Leonarda Dibrani avergüenza a Francia

 

La detención y deportación de Leonarda Dibrani, una estudiante de origen kosovar, de 15 años y etnia romaní, que llevaba cuatro años escolarizada en Francia y que fue arrestada por la policía de fronteras (PAF) el 9 de octubre en el aparcamiento de un instituto público mientras realizaba una excursión escolar con sus compañeros de tercero de secundaria, llenó ayer las redes sociales francesas de mensajes de solidaridad e indignación.
Tras 24 horas de silencio oficial y de apagón mediático, la delegación del Gobierno en la provincia de Doubs (este del país) emitió un prolijo comunicado administrativo para justificar la legitimidad burocrática de la deportación de una familia numerosa —el padre, la madre Jamila, y seis hijos de entre uno y 17 años— que huyó de su minúsculo país escapando de la persecución racial y que intentó buscar refugio primero en Italia y más tarde en Francia.
El caso, que revela la ferocidad del tratamiento dispensado por el Gobierno francés a la minoría romaní, pese a las reiteradas promesas de humanidad lanzadas por el presidente socialista François Hollande, salió a la luz el lunes desde el blog que la asociación Red de Educación sin Fronteras (RESF) mantiene en la página web Mediapart.
En el post, los educadores de los institutos André Malraux y Toussaint Louverture, donde estudiaban con notables resultados académicos Leonarda Dibrani, de 15 años, y su hermana mayor, Maria Dibrani, de 17, se declaraban “sorprendidos por los métodos utilizados para devolver a niños de la minoría gitana a países que no conocen y cuya lengua no hablan”, y “estupefactos por ver cómo los esfuerzos de integración realizados por estos niños en la escuela son reducidos a cero por unas políticas ciegas e inhumanas”.
La profesora de Geografía e Historia del colegio André Malraux de Pontarlier, que guiaba la excursión escolar a la fábrica de Peugeot en Sochaux, explicó que la detención de Leonarda se produjo poco después de que un agente de la PAF le conminara por el móvil a detener el autocar escolar. Según la docente, fue Albert Jeannin, el alcalde de Levier, la ciudad donde habitaba la familia, quien llamó al teléfono de Leonarda: “Luego me pasó a un policía que me dijo que tenía que arrestar a uno de los alumnos que estaba en situación irregular. Yo le dije que no podía pedirme una cosa tan inhumana, pero él contestó que no había elección y que parara el bus inmediatamente”.

Fuente El Pais.

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